La verga de mi compadre |
Esta es una historia que pasó hace como 10 años pero es de lo más excitante que me ha pasado porque fue una de mis primeras dobles penetraciones, así como uno de los mejores sexos anales que me han dado. Esto pasó con mi compadre, que para estos efectos, le diremos Juan porque me cogió en el zaguán, ja, ja, ja, ja.
Todo comenzó una Semana Santa, cuando mi esposo puso una alberca, de esas inflables, más o menos grande, esto fue el Jueves Santo y estábamos solos mi esposo, mi hijo y yo pero como mi niño se lleva muy bien con el hijo de mis compadres, les llamamos para invitarlos. Además, yo quería que mi compadre me metiera la verga, también quería que me cogiera, ya que somos swingers desde hace muchos años y los dos sabíamos que él también quería cogerme. Por los detalles anteriores, como siempre que vamos a la casa de mis compadres, él se ofrece a darme un masaje y aprovechar para manosearme, para agarrarme las tetas, las nalgas y alguna vez, sin querer, pasó sus dedos por mi vulva. Él hace fisiculturismo en el mismo gym que yo y lo conozco desde hace muchos años, no es para nada guapo pero tiene un cuerpo que se me antoja, musculoso, además tiene unas nalgas sabrosas y según mi comadre, tiene una vergota, lo que he sentido cuando me da los masajes, ya que me aprieta desde atrás y me la arrima en las nalgas, ya que casi siempre que me los da, los dos traemos mallas, ya que por lo del gym, es necesario. Volviendo a la historia, mi esposo le llamó para que llevara a su hijo a la casa pero le comentó que no podía porque se había peleado con mi comadre y ni modo. Más tarde, como una hora después, eran las 12 del día y él llegó con su hijo, enseguida los chicos se metieron a la alberca y como pensé que no iba a ir, me quedé vestida como estaba, con una playera larga de la que se me salían las tetas por los lados, ya que estaba solo con mi familia, con una tanga blanca de encaje, ya que la noche anterior, tuvimos invitados y me metieron la verga hasta por los ojos, ja, ja, ja, ja. A propósito, me quedé así y al saludarme, mi compadre me abrazó y me pegó un rico arrimón, además casi se le salían los ojos, luego mi esposo me dijo “vete a cambiar” pero le comenté “si no le molesta a mi compadre”, quien respondió “no, para nada”. Entonces, mi esposo dijo “está bien, si no te molesta, está bien” pero añadió “oye, está el hijo de mi compadre, mejor vete a cambiar” pero de nuevo, él le dijo “no te preocupes, no creo que quiera entrar” y le pregunté en mala onda “¿y no quieres que me quite la tanga?, ja, ja, ja, ja” y ambos se rieron. Ante eso, subí a cambiarme porque estaba su hijo y no estaba bien pero no varió mucho mi vestimenta, ya que me puse un traje de baño, para que fuera más normal, con un calzón blanco que se me metía entre las nalgas y marcaba mi vulva depilada y un brassier casi transparente pero como era traje de baño, pues no había problema. Obviamente, los niños para nada que entraron, entonces mi esposo y mi compadre se fueron a traer cervezas y les encargué tequila y unos Caribes pero antes de irse, mi esposo me dio un abrazo y un beso y mi compadre nos dijo “no coman pan delante de los pobres”. Entonces, mi esposo le dijo “pues arrímate a la torta, compadre”, enseguida lo abracé y le di un beso pegado a sus labios, ya saben, luego los dos salieron y regresaron con las cervezas. Para entonces, yo estaba con los niños en la alberca y como mi traje era blanco y con el agua, se me marcaba todo, así que me salí y me metí con ellos a la casa mientras los chicos se quedaron en la alberca y ya ahí, le preguntamos a mi compadre por qué no había llevado a la comadre, lo que no importaba porque lo que yo quería era que fuera él, para cogérmelo. Así siguió la plática, yo estaba mojada, también del agua de la alberca, ja, ja, ja, ja cuando él nos comentó que se había peleado con ella pero que no importaba porque son cosas que pasan y no quiso decirnos más; a mí se me notaban mucho mis pezones y mi vulva, así que lo noté muy nervioso y no dejaba de buscar cualquier pretexto para agacharme y mostrarle mi trasero. De pronto, mi esposo me jaló, me sentó en sus piernas y comenzó a manosearme, pues estaba muy excitada hasta que de pronto, sin querer y como me estaba agarrando las tetas, se me salió un pezón y me di cuenta pero hice como si no lo hubiera notado. Enseguida, mi compadre apuró su cerveza y se fue al baño, entonces mi esposo me dijo “dale chance, están los niños y todavía se va a quedar mucho rato, vete a poner algo más leve”, lo que acepté de mala gana, ya que como me habían dado una cogida muy buena el día anterior, estaba toda caliente. Así pues, subí a mi cuarto y me puse un pantalón flojo, de esos de agujeta, sin calzón y una playera de tirantes, sin brassier y bajé, viendo que mi compadre y mi esposo ya estaban tomando cerveza. En eso se fue la tarde, incluso comimos y platicamos de cosas varias, entre ellas, lo de ser swingers, pues lo saben, ya que son nuestros mejores amigos. Ya casi a las 10 de la noche, mi esposo se fue con los niños y me quedé con mi compadre en la cocina, tomando tequila, ya que a él no le gusta y continuamos hasta que nos acabamos la botella; obvio, yo estaba ya muy caliente, por el efecto del tequila, entonces mi compadre me comenzó a platicar del problema con su esposa, señalándome que ella no quería hacerle sexo oral, ni tener sexo anal con él y menos, que él le chupara la vulva. Naturalmente, pensé “¡qué tonta!, si eso es de lo más rico”, también me comentó que eso era desde que se casaron, lo que se me hizo raro, pues no sé si eso sea normal pero uno nunca sabe. Con eso, mi compadre se puso más triste y me comenzó a preguntar si a mí me gustaban esas cosas, de pronto entró mi esposo y vio a mi compadre llorando, preguntándonos “¿qué pasa?”; como respuesta, lo mandamos por otra botella de tequila y sin preguntar más, salió a buscarla mientras mi compadre me preguntaba si a mí no me molestaba hacer esas cosas, le respondí “mira compadre, a mí me encanta mamar una verga y que me cojan, por la vagina o por el ano, con cuidado y con calma, es muy rico pero no a todas las mujeres nos gusta”. A continuación, él se paró, salió a su coche y trajo una mallas blanca con franjas verdes, pues sabe que me encantan y me dijo “mira, comadre, tiene tiempo que las compre para dártelas pero no sabía si habría problema por hacerlo”. Al instante, lo abracé y lo besé en los labios, dándole las gracias y le pregunté “¿quieres que me las ponga?”, me respondió que sí y añadió “¿quieres que me salga?”; como respuesta, me quité el pantalón y le mostré mi vulva depilada por completo, no tengo ni un vello, pues me lo hice con láser permanente y le pregunté “¿te gusta?”, sólo se me quedó viendo pero no hizo más. En eso, mi esposo entró con la botella y me encontró sin pantalón, con la vulva al aire y lo único que hizo fue decirnos “ahí está la botella, voy a ver si ya se durmieron los chicos” y se salió de la cocina. A continuación, fue a ver a los chicos, entonces me puse las mallas y me las subí lo más que pude, para que se me metieran en las nalgas y en la vulva, doblándomelas de la cintura y le pregunté al compadre “¿cómo me quedan?” pero no decía más, sólo me veía con cara de asombro. Después, mi esposo entró de nuevo y nos preguntó “¿qué onda?, ¿qué pasó?”, le contesté “nada pasa entre mi compadre y yo”, sólo se rio y dijo “¡qué bueno que sean tan buenos amigos!”, luego nos propuso “¿por qué no jugamos a algo porque ya están muy sentimentales?”. Al momento, mi compadre y yo nos reímos, luego le dije “otro día seguimos esta plática, compadre, ahora vamos a divertirnos”, enseguida mi esposo fue por una baraja para jugar y empezamos con póker pero no habíamos jugado ni dos partidas cuando nos propuso jugar a la carta más grande, de a prenda, o de castigo. Acepté pero mi compadre como que se asustó un poco, así que lo calmamos entre los dos y empezamos a jugar, la primera ronda la ganó mi esposo y la perdí yo, enseguida me preguntó “¿de qué estábamos platicando?” pero como no le quise decir, pues me tocó prenda y me quité las mallas, ya que solo llevaba esas y mi playera, ni siquiera sandalias, pues tampoco me aceptaron anillos o aretes, ya saben, los hombre de calientes, ja, ja, ja, ja, ja. Jugamos otra ronda, mi compadre perdió, mi esposo ganó y también le preguntó lo mismo pero tampoco quiso responderle y se tuvo que quitar la playera pero como tiene un cuerpo muy sabroso, pues yo feliz. En la siguiente ronda, yo perdí y mi compadre ganó, enseguida le pidió que no se limitara, que lo que le fuera a pedir, se lo cumpliera, enseguida me preguntó si le haría a él lo que platicaron; a pesar que mi esposo no lo sabía, obvio lo suponía y como respondí que sí, pues no hubo castigo. A la siguiente jugada, yo gané, mi esposo perdió y le pregunté si se molestaría que me cogiera a mi compadre, él se rio, indicándome “amor, tú puedes cogerte a quien quieras, no necesitas mi permiso, sólo necesitas tu vagina” y los tres nos reímos. Luego vino otra ronda y ya más en confianza, mi esposo cambió las reglas de nuevo, ahora el que ganara, podía decidir el castigo y si el otro no aceptaba, sería prenda, enseguida repartió las barajas y perdí, ganando mi compadre y de castigo, me pidió que me quitara la playera y me quedé totalmente desnuda, lo que me encanta, nada más rico que estar desnuda entre dos hombres o más, ja, ja, ja, eso me excita. En cuanto me la quité, él me tocó mis tetas como rozándomelas, enseguida jugamos otra ronda, ahora yo gané, mi compadre perdió y le devolví el favor, pidiéndole que se quitara las bermudas. A continuación, él se paró y se la iba a quitar pero le indiqué “ven aquí, para quitártela”, enseguida se ubicó delante de mí, entonces le bajé el cierre, se la desabroché y se le cayeron, quedando sólo en bóxer, donde ya le notaba su verga parada. Jugamos otra ronda, ahora gané y perdió mi esposo, al que también le quité sus bermudas y así, los dos se quedaron en bóxer, haciendo la cosa más excitante. Jugamos una ronda más, perdí yo y ganó mi compadre pero no atinaba a ponerme algún castigo hasta que con insistencia, mi esposo le dijo “lo que le pidas, que te lo cumpla, para que no ande de caliente”, entonces me pidió que lo besara en la boca. Enseguida, me paré y sin pensarlo, me le monté y comencé a besarlo y a meterle la lengua hasta el fondo, a lo que me respondió rico, dándome un beso muy caliente mientras me apretaba las nalgas con fuerza, que para su suerte, es una de las cosas que más me excita, que me las aprieten y me nalgueen. Así estuvimos como cinco minutos hasta mi esposo dijo “bueno, hay que seguirle” pero como ya estaba desnuda, le mojé su verga con mi vagina, pues la tenía parada y se sentía muy rico, luego jugamos otra ronda pero ya estaba muy caliente, peda y dispuesta a lo que fuera y con quién fuera, ja, ja, ja, ja. En esta ronda, perdió mi compadre y ganó mi esposo, quien de castigo, le pidió que le quitara el bóxer y acepté, pidiéndole que otra vez se parara frente a mí, así lo hizo, enseguida le bajé el bóxer y estaba muy excitada, ya que no le había visto la verga pero tenía esa expectativa de ver de qué tamaño, de qué grosor, cuál era su olor y su sabor. De inmediato, le bajé el bóxer y su verga brincó, era gorda, cabezona y venosa, muy morena, con el glande casi morado, como de unos 18 cm de largo pero gorda y con unos huevotes negros, depilados y arrugados; además, su verga estaba con algunas gotas de liquidito en la punta. Me quedé asombrada por lo raro de su verga, sobre todo del color pero se veía rica y lo único que hice fue limpiarle el líquido con la lengua, pues mi esposo dijo “tranquila, ese no era el castigo”, enseguida me reí, señalándole “es que me emocioné”. Posteriormente, él se fue a sentar y jugamos otra ronda, en la que perdí de nuevo, lo que me gustó porque sabía que me iba a tocar un rico castigo, ya fuera con mi esposo o con mi compadre pero ganó el segundo y de castigo, me pidió que le mamara la verga y mi esposo le indicó “solo cinco minutos, para que podamos seguir jugando”. Entonces, le pedí a mi compadre “ven, párate” y cuando se me acercó, agarré esa verga negra y gorda y me la metí en la boca con gusto, notando que sabía a verga, a ese olor de hombre que es rico y comencé a chuparle la punta y a agarrarle sus huevotes, los que apenas me cabían en la mano. Seguí metiéndome su verga en mi boca, tratando de tragarme la mayor parte y casi lograba metérmela completa hasta casi ahogarme, eso le excita a cualquier hombre, luego comencé a lamerle sus huevotes, que sabían a sudor y a verga, era un sabor muy excitante y volví a su verga, que soltaba bastante líquido, mismo que se lo lamía y me lo comía, sabía dulce y agrio pero con buen sabor. No habían pasado ni cinco minutos cuando sentí esa sensación cuando la verga se hace más gorda y mi compadre comenzó a venirse sin avisarme, echándome dos chorros de semen dentro de mi boca, los que casi me ahogan; al instante, me la saqué y todavía le brotaron como cinco chorros más, fue una gran cantidad, muy rico porque tenía un sabor diferente. Yo he comido mucho semen pero este sabía rico y es raro que tenga un sabor así, más cuando estás medio pedo, lo sé porque soy una experta en semen, ja, ja, ja, ja, ja, ja; por su parte, él se quedó serio mientras le seguía chupando la verga, para comerme ese semen tan rico y trataba de quitarse pero no lo dejaba, así que se la mamé hasta dejársela limpia pero aún tenía semen en las tetas y en la cara. Ante esto, comencé a juntarlo y a comérmelo, de verdad, no sé qué fue, si el alcohol pero sabía muy rico y después, le comenté “ya se acabó el juego”. Acto seguido, me senté en la mesa y le dije “chúpame la vulva”, jalándolo de la cabeza y lo metí entre mis piernas, enseguida comenzó a chuparme un poco brusco y obvio, lo detuve, pidiéndole “más despacio, tenemos toda la noche”. Luego, él comenzó a chupármela más despacio mientras yo gozaba, después me indicó “voltéate”, enseguida me bajé de la mesa, me puse empinada y comenzó a chuparme la vulva y a meterme su lengua en mi ano de una forma muy rica, además le metía mucha saliva a mi ano y me mordía mi clítoris de forma brusca, cosa que me excitó mucho y me decía “¡qué rica cola tienes, comadre!, quiero meterte mi verga en tu culo y llenártelo de mocos”. Naturalmente, esas palabras me calentaban más, entonces mi esposo dijo “bueno, se acabó la fiesta en la cocina, vámonos a la recámara”, enseguida agarré a mi compadre de la verga y me lo llevé para el cuarto. Ya ahí, mi compadre se me fue encima y sin más, me metió su vergota hasta el fondo de mi vagina mientras yo solo pujaba porque sentía muy rico y así estuvimos como 10 minutos, incluso pensé “se va a venir” pero le pedí “déjame montarme”, enseguida me dejó parar, luego lo acosté y le volví a mamar la verga unos minutos. Después, me subí en él y me la metí en la vagina pero mi esposo no desaprovechó la oportunidad y me dio su verga a mamar, tiene una verga de 16 cm de largo, gorda y preciosa pero me la sé de memoria, es por una de las cosas que lo amo, por esa vergota que me lastima tanto, ja, ja, ja, ja y de su semen que no me gusta. La verdad, no sé por qué me lastima pero no la aguanto toda y me he metido vergas más grandes, que no me lastiman pero la de él siempre me lastima y su semen sabe amargo, en fin, nunca tenemos todo, ja, ja, ja, ja, ja. En un momento dado, le dije al oído a mi compadre “no te vayas a venir porque quiero que me la metas por el culo y quiero comerme tu semen”. Inmediatamente, mi compadre comenzó a bombearme más fuerte, entonces me quité, me paré y le pedí a mi esposo que me trajera más tequila porque quería que me dieron duro por el culo y entre más peda, sería más fácil. Él salió a buscarla y yo volví a mamarle la verga y a chuparle sus huevotes a mi compadre hasta que mi esposo regresó y me encontró haciéndolo, enseguida nos paramos y nos tomamos unos tequilas, incluso le remojaba su verga en mi tequila, luego se la chupaba, al tiempo que él sólo se retorcía. Así, cada uno nos tomamos tres tequilas, yo quería estar más peda y que mi compadre también estuviera, para que le costara trabajo venirse, pues los hombres pedos tardan más en hacerlo. Ya después, me monté en mi esposo y le pedí a mi compadre que tratara de metérmela por el ano, enseguida comenzó a chupármelo de nuevo hasta que me lo llenó de saliva, luego le pedí que me pusiera lubricante, para facilitarle la labor, entonces me lo puso y me metió tres dedos en el culo, eso me dolió pero como ya estaba peda, no me molestó. Así estuvo un rato, con sus dedos en mi culo, después me los sacó y trató de meterme su vergota pero se le ponía flácida cuando lo intentaba, entonces mi esposo me dijo “mámasela, para que se le pare” y estuve chupándosela un rato hasta que se le volvió a parar. Entonces me le monté, metiéndomela por la vagina y mi esposo me la metió por el culo; obviamente, me sentí llena y feliz, me dolía pero me gustaba y seguimos dándole como 15 minutos hasta que mi compadre dijo “ahora yo”, entonces me paré, me puse de “a perrito” y de un solo empujón, me la metió toda por el culo, sintiendo que se me salían los ojos pero me gustó y comenzó el mete y saca fuerte en mi culo mientras pujaba y gemía como nunca, estaba sintiéndolo como nunca y de esa forma, tuve dos orgasmos anales riquísimos. Pasado un rato, nos dimos cuenta que me había sacado caca, cosa que me dio pena y me fui al baño, para lavar pero me llevé a mi compadre, para limpiarle esa preciosa verga que ahora amaba, ahí nos metimos a bañar e hice del baño, para evitar otro accidente. En la regadera, me la volvió a meter por la vagina y se la chupé un rato, luego regresamos a la recámara, ya con la peda cortada y nos tomamos otros tequilitas con mi esposo, al tiempo que seguía fajando con mi compadre, que ahora era mi macho y le chupaba su verga y sus huevotes, también lo besaba cachondamente y él me agarraba las tetas y me chupaba los pezones hasta que me hizo algunos chupetones en los senos y en los muslos. También, él me dedeaba, metiéndome hasta cuatro dedos en el culo, ya sin algún problema, pues lo tenía dilatado como nunca y la vulva escurriendo, deseando que me cogiera y en un momento dado, me subí en él y me ensarté muy rico mientras tomábamos, cogiéndome a mi compadre mientras mi esposo sólo nos veía. Posteriormente, él trató de tocarme pero le comenté “mira, hoy solo soy de mi compadre, hoy solo su verga va a entrar en mí, ya mañana tú serás el único pero hoy es él”, lo que aceptó de buena gana, ya me conoce cómo me pongo cuando me calientan mucho. Luego de un rato, mi compadre me bajó a la cama, me puso de “a perrito” y de un empujón, me la metió por el culo, lo que sentí riquísimo y estuvo así un rato, metiéndome su verga por el ano y tomando con mi esposo, me sentía usada pero feliz. Tuve otros orgasmos, no sé cuántos pero me salían chorros por la vagina, luego y sin que me diera cuenta, se turnaban mi esposo y mi compadre para metérmela por el culo, lo que sentía muy rico. Así me tuvieron como una hora y alcancé muchos orgasmos anales, después sentí que me metían algo duro y frío por el culo, era un caballito de tequila que mi esposo me metió y sólo me dejaba hacer. De pronto, mi compadre comenzó a tratar de tomárselo y yo sentía muy rico, después lo hicieron otra vez pero ahora, mi esposo fue quien se lo bebió y de esa manera, se tomaron dos cada uno, luego lo hicieron con mi vagina, lo que era más fácil pero fue muy divertido y muy rico. A continuación, mi compadre se me volvió a subir y a meterme su verga por mi vagina, así estuvo un rato, posteriormente me volteó y me monte en él, entonces mi esposo me la metió por el culo pero ya estaba muy peda y cansada, así que mi compadre se apuró y comenzó a venirse de nuevo pero esta vez, todo me lo dio en la boca, era menos que la primera vez pero igual de rico y me comí todo su delicioso semen. Al final, él se quedó acostado y yo, apoyada en su estómago, limpiándole todo el semen que podía, así le seguí limpiando su verga para tratar de sacarle más semen, que de verdad, sabía rico, después mi esposo me jaló y me la metió en mi vagina; yo sólo me dejé hacer mientras seguía lengüeteándole la verga y los huevotes a mi compadre hasta que se vino dentro de mi vagina y me dejó en paz. Así, seguí en lo mío, que era complacer a mi nuevo macho, entonces nos acostamos a dormir, yo abrazada de mi compadre, agarrada de su vergota y mi esposo del otro lado de la cama, así nos quedamos un rato. Como a las tres horas, mi compadre se despertó y me pidió que le mamara la verga, lo que ni dudé y comencé a mamársela de nuevo hasta que se le paró, entonces me dijo “súbete y métetela”, enseguida le obedecí, subiéndome en él y de nuevo, me metí esa vergota deliciosa en mi vagina y empecé a darme duro con ella. Luego, él me jaló y me comenzó a besar muy rico mientras movía mi culo, enseguida comenzó a chuparme mis pezones fuerte y rico, continuando así un rato hasta que me dijo “me voy a venir de nuevo”. Rápido, me bajé y me metí su vergota en la boca, para comerme su semen otra vez, dándome un par de chorros muy ricos, los que me comí y me saboreé como nunca había hecho pero no me los tragué, me los dejé en la boca y los disfruté como nunca había disfrutado un semen. Con el movimiento, mi esposo se despertó y trató de meterme su verga pero no lo dejé y seguí masturbado a mi compadre, chupándole su verga hasta que me quedé dormida con esta en la boca, llena de semen. En la mañana, me desperté cuando me voltearon y me metieron la verga muy duro por la vagina, obvio pensé que era mi esposo pero para mi sorpresa, era mi compadre, mi marido ya se había levantado porque los chicos se habían despertado y fue a darles de desayunar. Mientras mi compadre me penetraba fuerte por la vagina, yo sólo escuchaba los pujidos que daba y el chocar de sus huevotes con mi culo, era riquísimo y me dejé hacer, sólo empujaba mi culo para que me penetrara más profundamente. Pasados unos minutos, me levanté, lo abracé y me le monté, enseguida me cargó y así, me metió su verga mientras me besaba muy rico y me apretaba mis nalgas, metiéndome sus dedos en mi ano pero le pedí que no lo hiciera porque me dolía. No obstante eso, no le importó, enseguida me volteó y me la metió en el ano, aunque le costó trabajo porque estaba seco pero le puso saliva, eso me calentó y se me mojó, dejándolo que me la metiera por el culo como él quisiera, ya era mi macho y quería coger con él siempre. Después, me dijo “me voy a venir”, al instante me hinqué y me dio su semen en la boca, ya era poco, de ese pegajoso que sale después de varios orgasmos pero igual de rico, así que me lo saboreé y me lo comí. Ya que terminó, me propuso “vamos a bañarnos”, enseguida nos metimos en la regadera pero por más que se la mamé, ya no se le paró pero igual era rico mamarle esa verga, después él me chupó mi vagina un rato y me puso una pomada para mi culito adolorido, luego bajamos a desayunar, pues mi esposo había preparado el desayuno. Ya que terminamos, él se salió a la alberca con los chicos mientras mi compadre y yo nos quedábamos fajando en la sala, luego fueron por cervezas para la cruda, que sí estaba dura y empezamos a tomar de nuevo. Después, fui a la cocina a lavar los platos y a ver qué hacer pero me había puesto una minifalda que le gusta a mi compadre, además iba sin calzón y con una playera corta, ombliguera y sin brassier, para que tuviera acceso a mi vagina, a mi ano y a mis tetas sin problema. Por su parte, mi compadre se puso una playera y un short de mi esposo pero sin calzón también, para solo sacársela y metérmela, de manera que cuando estaba lavando los platos, llegó mi compadre por atrás, sólo me alzó mi faldita y me penetró sin problema; estaba muy mojada, sólo fueron cuatro o cinco empujones y se quitó. Así pasamos el día hasta que de pronto, me llegaba por atrás, me la metía un momento y me la sacaba, me traía muy caliente y pasamos la tarde hasta que después de comer y de varios tequilas, ya quería verga de nuevo. |
421806 la comadre |