La enorme verga de mi cuñado |
Relato extraído de la red. Me considero una esposa fiel pero todo cambió un día, cuando estaba de visita en la casa de mi hermana Sandra, me levanté como a las dos de la mañana con una terrible sed, la cruda me estaba matando, ya que habíamos tomado mucho ese viernes y debía ir al baño a orinar. Para esto, debía pasar por la habitación de mi hermana y al acercarme, me di cuenta que estaban cogiendo intensamente y de curiosa, me acerqué con mucha cautela y comencé a ver el espectáculo, aunque realmente no podía ver mucho pero los gemidos de mi hermana eran impresionantes, se notaba que estaba gozando mucho. Lo que me paralizó fue cuando mi cuñado se la sacó para que se la chupara, allí vi el gran trozo de carne magra, tiene tremenda verga, es enorme, gruesa, venosa y provocativa. A continuación, Sandra se esmeró mamándosela porque Enrique no resistió mucho y vi los grandes chorros de leche golpeando la cara y las tetas de mi hermana, esa imagen se me quedó grabada en la mente y luego de volver a mi habitación, me masturbé pensando en mi cuñado. Pasaron los días y las semanas y no lo podía sacar de mi mente, ansiaba tener algo íntimo con Quique, así que decidí aventurarme un poco más. Sandra sale a trabajar como a las 5:00 a. m. y mi cuñado como a las 9:00 a. m., así que decidí visitarlo a las 6:00 a. m., con una excusa tonta, preguntándole si tenía un teléfono celular que no usara porque el mío andaba fallando, entonces me ofreció un café, lo que acepté y conversamos, comenzando con el coqueteo. Luego me despedí y le di un supuesto beso en la mejilla, aunque claro, fue más hacia su boca que hacia la mejilla; en ese momento, me le quedé mirando, me relamí los labios y entendió perfectamente el mensaje, enseguida Enrique tomó la iniciativa y buscó mis labios, enredando su lengua a la mía y de inmediato, comenzó a tocarme mi cuerpo mientras lo abrazaba. De esa manera, se dio gusto con mis nalgas, las que me las apretaba más rico de lo que lo hace mi esposo. Pasados unos minutos, me cargó a su habitación, ahí me desnudó y comenzó a lamerme toda, me chupaba mis tetas y me mordía deliciosamente mis pezones, también me daba nalgadas mientras hundía sus hábiles dedos en mi pucha. Como pudo, se levantó y se bajó el pantalón, liberando su endurecida verga que gustosamente la tomé entre mis manos, era tal como la recordaba, venosa, carnosa, larga y cabezona, como ninguna otra verga que haya tenido entre mis manos, o dentro de mi boca. De inmediato, comencé a mamarle esa delicia de verga y Quique se estremecía cada vez que succionaba su gran cabeza, estaba disfrutándolo como loca y le recorría con mi lengua cada uno de sus centímetros, para terminar hundiéndomela hasta el fondo de mi garganta. Mi cuñado también estaba desesperado y pronto, me abrió las piernas y me la fue clavando poco a poco, sé que quería que fuera sintiendo centímetro a centímetro de su enorme verga, pues me la metía muy lento y me la sacaba suavemente mientras yo disfrutaba cada centímetro de su dura macanota. Por fin tocó fondo cuando sentí su pelvis chocar con la mía y sí, ya la tenía toda adentro y saboreé el tremendo palo dentro de mi ser, luego Enrique comenzó el respectivo bombeo, era una delicia, estaba disfrutando enormemente al marido de mi hermana y lejos de sentirme culpable, me felicitaba por haberme salido con la mía. Pronto, una cadena de orgasmos tras orgasmos me estremeció, luego se acostó boca arriba y yo encima de él, comenzando a moverme como una puta, eso fue demasiado intenso y lo que sentía fue algo inolvidable. Luego, me puso en posición de “a perrita”, ahora su verga entraba y salía de mí salvajemente y cuando oí sus gemidos, dejó de nalguearme y sentí sus chorros de semen dentro de mí, me inundó la vagina con su leche y hasta ese momento, tomé conciencia de la situación, estaba en mis días fértiles, por eso andaba como perra en brama. Fue demasiado tarde, me los había echado adentro y corrí de inmediato a lavarme, tratando que su semen se me saliera todo de mi vagina. Cuando volví, le dije que me había encantado la forma en que me había cogido pero no podía venirse adentro, que tenía que usar condones para evitar correr riesgos; sin embargo, el muy canalla me contestó que le había gustado muchísimo pero que jamás usaría algún preservativo y que siempre se vendría adentro de mí. A continuación, me tomó en sus brazos, me besó y me pidió convertirme en su amante, entonces comenzamos nuevamente a coger pero mi cuñado tenía una obsesión, mi culo, incluso me comentó que me deseaba desde hacía mucho, que siempre soñaba con tenerme bien enculada, que cuando se cogía a mi hermana por atrás, pensaba que era a mí a quien sodomizaba. Les confieso que sólo lo había hecho en dos ocasiones, una con un novio que tuve pero me dolió mucho y la segunda fue con mi actual marido pero el tamaño de mi esposo no se asemejaba para nada a la verga de Enrique, además, mi marido nunca me la metió toda, ya que le dije que no lo soportaba. No obstante, Quique me convenció, además de que estaba súper excitada, supo trabajarme y cuando hundí mi cara en el colchón, levanté la grupa para ofrecerle mi culo, sentí que no podía rajarme. Enseguida, Enrique me lo lubricó, se lubricó también él y me la fue metiendo suavemente, a cada empujón yo gemía y me retorcía y así, fue ganando terreno poco a poco hasta que sentí sus vellitos en mis nalgas, señal que ya estaba completamente empalada a esa verga. Luego, mi cuñado comenzó con un suave mete y saca que yo no disfrutaba todavía, me partía en dos pero lo soportaba sólo por darle gusto a mi nuevo amante mientras él seguía con su mete y saca y yo sentía mi ano desgarrado. Al mismo tiempo, mi cuñado me daba nalgadas suaves y fuertes mientras decía que estoy más nalgona que mi hermana, de hecho, yo soy talla 13 y Sandy es talla 9, ya se imaginarán la diferencia. Quique siguió partiéndome el culo hasta que sentí sus chorros entrando en mis intestinos, me los estaba llenando con su leche. Posteriormente, nos dimos un buen baño y arreglamos la recámara como si nada hubiera pasado, quedando de vernos en algún hotel discreto y desde entonces, somos amantes sin que mi hermana ni mi esposo lo sospechen; afortunadamente, no quedé embarazada pero sí pasé un susto terrible y desde ese día, tomo anticonceptivos y disfruto cuando su endurecida herramienta explota dentro de mí. Gracias por leerme, chicos, ciao. |
439405 Cachonsísimo |