Espiando a mi mamá y a su primo |
Hola, espero que estén disfrutando de estos relatos como yo, es por eso que deseo compartirles algo que ocurrió unos añitos antes. Resulta que vengo de una familia medio normal, mi papá era contador privado, trabajaba desde muy temprano y llegaba a la casa ya muy noche, recuerdo que a las juntas de la escuela, a las compras, a las visitas al doctor, a las reuniones de barrio y demás compromisos, mi madre era quien siempre asistía y mis hermanos y yo andábamos con ella para todos lados hasta que tuvimos edad para cuidarnos solos en la casa, o al menos, yo podía cuidar de mis hermanos ahí. Yo veía que mi papá casi no estaba con nosotros y cuando estaba, solo eran regaños y reproches por tener la casa desordenada. Por estas fechas, en octubre nos invitaron a la fiesta de una primita mía que cumplía tres años, mi papá prefirió quedarse en la casa, pues tenía trabajo pendiente para declaraciones mensuales de unas personas; al terminar la fiesta, un tío nos llevó a la casa, ahí bajamos de su auto y se fue. Para esto, mi mamá había platicado con él durante mucho tiempo en la fiesta, es un primo hermano de ella pues sus madres son hermanas y al cabo de un rato, mi mamá le llamo a su casa, para saber si habían llegado bien, luego colgó el teléfono y se fue a dormir. Al otro día y como de costumbre, mi papá ya no estaba al amanecer, era jueves festivo y nadie trabajaba ni había clases pero él regresó un poco antes de las 9 de la mañana, pues no habían abierto la oficina. Ese jueves fue de lo más aburrido, hicimos limpieza en la casa y acomodamos ropa y libros pero noté que mis papás casi no se hablaban, eran como dos extraños viviendo juntos. El viernes, mi papá salió y mi mamá se levantó tarde, luego llegaron mis tíos con mis primos de visita, así que jugamos y vimos algunas películas hasta que ya entraba la noche, cuando se despedían, mis primos no querían irse, así que mi mama los invitó a quedarse en la casa, enseguida aceptaron y preparamos las camas de visitas. Jugábamos en el patio, mis tíos nos veían jugar hasta que llegó la hora de dormir, entonces queríamos contar historias de espantos pero no nos dejaron y ya casi era media noche, sentí que me dormí como una media hora, luego me levanté al baño y noté que la luz de la sala estaba prendida, viendo que mi mamá platicaba con mi tío. Escuché que él le decía que como mujer, debía quererse más, buscar ser feliz y al parecer, lo que entendí fue que mi papá tenía mucho tiempo de no intimar con mi mamá. En un momento dado, mi tío le tomó la mano y le seguía diciendo que no se desanimara, ella le comentó que sospechaba que mi papá tenía otra familia en algún lugar, él le propuso que le ayudaría a averiguarlo. En eso estaban cuando mi papá llegó de trabajar, o eso creo, enseguida saludó a mi tío y platicaron por tres minutos, luego él dijo que estaba cansado y que se iría a dormir, que descansara y que se quedaba en su casa, enseguida se fue y al cerrar su puerta, ella le hizo notar a mi tío que ni siquiera le daba un beso de saludo, él ya lo había notado, diciéndole que si lo deseaba, podía buscar a alguien con quien saciar sus ganas de mujer. Yo no entendía a lo que se refería pero me imaginaba que era algo caliente, entonces ella le ofreció un café y se fue a la cocina a prepararlo, a donde él la siguió y se escuchaban sus voces platicando y murmurando. Al cabo de tres minutos, escuché como ella le decía que cuando quisiera, luego hubo silencio, después unos susurros y a los pocos segundos, oí como besos y chasquidos de boca, enseguida me asomé por la orilla de la puerta y los vi cómo se besaban de forma apasionada, además se frotaban por todos lados, parecían novios de esquina. Para entonces, ella respiraba agitada y gemía casi en silencio mientras él le acariciaba la espalda de arriba abajo pero la vista era limitada, pues sólo los podía ver por una rendija de la puerta de la cocina, además tenía algo de miedo que mi papá saliera y los sorprendiera, entonces se armaría un escándalo. También, la jarra de agua hacía el ruido que casi estaba hirviendo pero seguían en su romance y mi tío empezaba a acariciarle las nalgas, se las apretaba y se las rodeaba de forma cachonda, también me empecé a calentar viéndolos, sintiendo como un cosquilleo en mi conchita pero para mí, todo eso era una experiencia nueva. Luego de 15 minutos, ella le dijo “vamos a otro lado, aquí nos pueden escuchar los niños o Humberto” y salió diciéndole que la siguiera, entonces me escondí en mi cuarto rápidamente. Ella fue a su recámara, a revisar si mi papá dormía y por sus ronquidos, sabía que no despertaría por un buen rato, luego salió y se dirigieron al cuarto de servicio, que está ubicado al otro lado del jardín. Ya adentro, encendieron la luz y salí con cuidado a espiarlos, incluso me puse mi abrigo negro para evitar ser vista por mi pijama blanca y me dirigí a la puerta que da al cuarto de lavado, allí hay una ventanilla por donde se puede ver al interior. Cuando llegué a asomarme, vi que mi mamá estaba casi desnuda, solo tenía puesto su brasier y su falda, además le estaba desabrochando los botones de la camisa mientras se besaban; al mismo tiempo, él le acariciaba las nalgas y le subía su falda despacio, dejándole descubiertas sus piernas, que es su mejor atractivo. Para entonces, ellos se encontraban sobre un sofá reclinable, sólo alcanzaba a ver la espalda de ella y la pared que dividía el cuarto con el baño, también se escuchaban los chupeteos de sus labios besándose, además ella gemía en voz baja, casi suspirando y él le preguntaba si le gustaba lo que le hacía. Para esto, ella tenía los tirantes del brasier desabrochados, le colgaban a los lados, entonces ella bajó su mano y se la metió en el pantalón a él, frotándole el pene y le pidió “dámela ya, papi, quiero sentirte dentro de mi cueva”. Enseguida, le bajó la falda y le retiró el sostén, viendo los senos de mi mamá por primera vez, eran grandes, con pezones oscuritos y paraditos. A continuación, ella le bajo el pantalón, fue entonces cuando vi la verga de mi tío, era rosadita y con vellos alrededor, además le colgaban sus testículos, me daban ganas de tocárselos y sentirlos. Posteriormente, mi mamá se quitó el calzón y desnudos totalmente, se abrazaron para besarse y gemir de placer mientras ella le acariciaba el pene con la mano y él hacía lo mismo con su puchita, decía que estaba muy empapada y comprendí a que se refería, pues yo tenía igual mi conchita y mi calentura iba subiendo al verlos agasajarse. Luego, ella levantó una pierna alrededor de la cintura de él, luego se subió a un banquito que estaba abajo del sofá, agarrándole el pene y acercaba su pelvis hacia la de él. Cuando se acercaban, mi mami dio un gemido de satisfacción y lo jalaba de la cintura, como no queriendo dejar salir ese trozo de carne, al tiempo que le ofrecía sus senos para que se los mamara. Pasaron unos cinco minutos así, después ella le propuso que habían de acomodar el sillón, enseguida quitó las cosas que había sobre él, jaló la parte baja del mueble y se convirtió en una cama, señalándole que así estaría mejor y por supuesto, para mí también, pues así tendría una mejor vista de lo que pasara allí adentro. Enseguida, él le indicó que se acostara, así lo hizo y le separó sus piernas, al instante vi la mata de vellos de mi mami, sus partes eran velluditas pero la verga de mi tío no tanto, parecía que se los recortaba, luego él se arrodilló y ahora sí pude ver como el tío se cogía a mi mami, apuntándole la punta de su verga y metiéndole su palo hasta el fondo mientras los senos de mi mami se movían de lado a lado y ella separaba sus piernas lo más que podía. Después, le pidió que apagara la luz, por si alguien llegaba pero el tío estaba tan caliente que no le hizo caso, o tal vez prefería tener la luz prendida. Obvio, yo esperaba que no la apagara. Pasado un rato, él le dijo que se cansaba en esa posición, enseguida ella se levantó, lo acostó y se le subió, tomándole la verga y se sentó en ella, luego vi como sus nalgas se movían de abajo hacia arriba, pudiéndole ver a ella su bien formado culo, con su ano subiendo y bajando, viendo cómo le entraba el pene del tío a su cuevita mojada. Al mismo tiempo, él la abrazaba y le chupaba sus senos a placer, ella gemía por lo caliente que estaba y pujaba a cada embestida que le daba. Posteriormente, empecé a pasar mis dedos en mi conchita y los dejé escurriendo de jugos vaginales, sintiendo mi cuevita vibrar de placer, deseando que alguien me cogiera como se cogían a mi mami. En eso, ella dio un gemido suplicante, diciéndole “métela, métela más”, apretando sus piernas y jalando a mi tío hacia sí, su respiración era agitada y fuerte, luego se calmó unos segundos y abrió nuevamente sus piernas, pues mi tío se la seguía cogiendo. Ella se dejó caer al lado de él mientras se besaban y él le preguntó si le había gustado, le contestó “claro que sí y quiero más, ahora perréame, papacito, cógeme como perra”. Al momento, ella se bajó de él y se acomodó en cuatro, luego él se arrodilló atrás de ella y le puso su verga en el culo, pasándole el glande por lo largo de su canalito y vi que su pene babeaba. Pronto, se lo apuntó con la mano y le metió el pene por atrás, creí que se lo había metido por el ano pero en unos instantes, pude ver que estaba desocupado, al tiempo que mi tío movía su cadera rápidamente, cogiéndose a su amante y ella se arqueaba a cada embestida que le daba, moviendo su cintura de lado a lado. De nueva cuenta, él le preguntaba si le gustaba y ella le respondía que era muy rico coger así, pidiéndole “dame más, papi, métemelo todo, dame tu leche”. Así estuvieron 20 minutos más hasta que oí que el tío le decía que se venía, ella le señaló que también y aceleraron el ritmo de las cogidas, él jadeaba y ella pujaba cachonda. Para ese momento, yo ya me había abierto mi vulva y me acariciaba mi clítoris, viendo que él le sacó su verga y como escurría un líquido blanco de la panocha de mi mami, luego se besaron un rato más hasta que se empezaron a vestir, quedando de verse al otro día, en cierto lugar, Ella le comentó que haría lo posible por asistir, entonces me retiré a mi cuarto en silencio, entré por la puerta de la cocina, sin prender la luz y llegué a mi recámara. Luego de tres minutos, escuché que ellos entraron a la casa, esa hora había sido la más caliente de mi vida y creo que también a mi mamá le parecía eso. Mi tío entró a bañarse, luego mi mamá hizo lo mismo mientras mi papá roncaba, señal que dormía profundamente, posteriormente se fueron a dormir y me quedé excitada ante la gran lección de sexo en vivo que había tenido, también me acaricié mi clítoris, que escurría por la excitación. Como hacía calor, me quité mis cobijas, luego doblé mis piernas y me imaginé a mi tío cogiendo conmigo, creo que allí perdí la virginidad conmigo misma, pues a la mañana siguiente, al tender mi cama, vi rastros de sangre en mi sábana pero me seguí acariciando y me metía cada dedo en mi interior, no sentí dolor, solo placer imaginando las escenas de mi madre. Así estuve como media hora hasta que sentí una corriente de placer recorrer todo mi cuerpo y entendí que era un orgasmo, era la sensación más deliciosa que había sentido, pues mi vagina se contraía como succionando mi dedo, también olí mis dedos y me agradó el suave aroma a sexo. Acaban de cumplirse 15 años de eso y creo que la cachondez es la herencia más rica que mi madre me haya dejado, me di a la tarea de encontrar a un hombre con mis gustos y mis aficiones, llevo ocho años de casada y hemos tenido dos aventuras en trío. Ahora me gustaría repetirlo con alguna chica travestí femenina, leí un relato de algo así entre una chica, su novio hetero y un amigo bisexual, deseo repetir eso antes de seguir con algo más. Si se me hace, les contaré lo que pase, bye y dulces orgasmos. |
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